Señor, tu nos confías la tierra “creced, multiplicaos, dominad la tierra” (Génesis 1/28). Al centro de la creación, has colocado el hombre y le has encargado de hacer éste mundo según tu corazón: Un mundo en el que se viva bien, un mundo donde la misericordia, la buena disposición hacia los demás, superen a la violencia, un mundo fraternal, solidario donde los débiles y los pequeños sean respetados y amados.
A la invitación del papa Francisco, danos suficiente firmeza y fe para resistir al “cada cual para si” a la sola preocupación del éxito individual, a la influencia del dinero. Tú el Dios próximo de los pequeños y frágiles, de los pobres, no permitas que pasemos a su lado sin verles, sin escucharlos, sin acompañarlos hacia una vida mejor. Una sociedad, justa, durable, fraternal, es la que tu nos invitas a construir a pesar de todas las dificultades encontradas.
Hoy 7 de octubre, nos giramos hacia ti un poco en todas partes del mundo con nuestros movimientos. Danos suficiente fuerza y firmeza para ser los constructores de éste mundo nuevo. Tú cuentas con nosotros, nos tienes confianza. Nos llamas a tomar nuestras responsabilidades. Ábrenos los ojos, las orejas, nuestras manos, nuestros corazones y sabremos inventar nuevos caminos con todos y todas los que ponen en el corazón de su vida: la solidaridad, la fraternidad, la gratuidad.
Te sabemos en medio nuestro cuando buscamos cambiar las condiciones de trabajo, cuando militamos por un trabajo decente. Contigo, todo se vuelve posible puesto que has vencido toda forma de muerte, de mal. Contigo, la resignación, la fatalidad no tienen lugar en nuestras vías.
Gracias Señor de estar con nosotros todos los días y apóyanos en nuestro combate por la justicia y la paz.
Guy Boudaud, Consiliario del MMTC