En esta nueva entrega de INFOR les ofrecemos mucha información: noticias de los movimientos, de sus acciones con hombres y mujeres de «buena voluntad», así como textos de análisis y reflexión que nos pueden ayudar en nuestras reuniones de equipo. Recogemos también palabras profundas del Papa Francisco que llama a la sociedad a despertarse, a salir de su egoísmo y a actuar a favor de los más pobres y necesitados.
De toda esta riqueza queremos destacar el testimonio de Antoinette del MTC de la República Centroafricana. Cómo no emocionarnos con el valor de esta mujer, afectada por la guerra y la muerte de su hija, que se refugió en un convento y en condiciones espantosas movilizó todas sus fuerzas para ayudar a los demás, brindarles su apoyo y consuelo.
El MMTC hace hincapié en el concepto de «fraternidad», en particular en su preparación de los seminarios regionales de 20152016. No siempre es fácil vivir como hermanos y hermanas de una misma familia, la gran familia humana.
Hemos de superar muchos obstáculos, divergencias y miedos. Pero, cuando miramos a nuestro alrededor, observamos que en todo el mundo hay hombres y mujeres cuyas acciones cotidianas, sin hacer mucho ruido, permiten instaurar esa fraternidad que todos anhelamos.
A tenor de Antoinette y de otros muchos miembros del MTC de Centroáfrica, rechazamos considerar a los demás como enemigos, resistimos contra las nefastas ideas que llevan a que el que era ayer tu hermano sea hoy tu enemigo.
En todo el mundo observamos un auge de la intolerancia, racismo, rechazo del prójimo. La crisis económica que asola al mundo obrero y popular lleva a un repliegue sobre sí mismo. ¿Cómo resistir y luchar contra todo cuanto destruye a la persona?
Esta resistencia se pone en marcha cuando los equipos o grupos de los movimientos del MMTC se reúnen para reflexionar y orar juntos, cuando cada cual se abre a la realidad del mundo. Miremos lo que está pasando en nuestros equipos, en nuestro movimiento o fuera de él. Es así como descubrimos, al igual que Antoinette, que hay hombres y mujeres, cristianos y no cristianos, obrando en este sentido. La acción de estos sembradores y sembradoras de humanidad hace crecer la esperanza de lograr un mundo de paz y justicia.
Debemos seguir preguntándonos cómo en nuestra vida cotidiana, en nuestro trabajo, en el barrio, en nuestro compromiso con otros (partidos políticos, sindicatos y asociaciones) logramos sembrar estas semillas de fraternidad. No dudemos en participar de las luchas de estos miles de hombres y mujeres, cristianos y no cristianos, unidos por un mismo ideal de paz, fraternidad y justicia.
Jean Michel Lanoizelez Tesorero del MMTC