En esta fecha se recuerda y homenajea a aquellos trabajadores que lucharon para dejar de ser explotados y para impulsar una jornada de 8 horas. Los sacrificios de sus vidas derivaron en reformas del tiempo de trabajo y gracias a su heroísmo se reconoce justamente a quienes nos ganamos el pan.
MOAC nos invita en este día, a esta celebración, a unirnos a una persona que fue un gran trabajador, y al mismo tiempo a una persona sumamente humilde, callada, oculta, de esas que saben hacer grandes cosas sin hacer ruido, que han sabido hacer cosas importantísimas y esenciales para la historia y no esperan el aplauso, que la alegría es ver realizar en la historia lo que soñaron, y ver que se realiza en la historia a lo que fueron llamados a colaborar, ese es San José, el padre de Jesús en la Tierra, el esposo cariñoso y amante de María la Virgen, respetuoso en la elección de María, respetuoso en la elección de Dios.
José es una gran persona, un hombre de mucho trabajo y de perfil bajo; que con su mucho trabajo, colaboró en la historia, y con su perfil bajo, dejó que en el centro estuviera quien tenía que estar: su hijo Jesús. Él colaboró para que su hijo Jesús pudiera estar siempre donde tenía que estar. Como le tocó a Jesús ser el centro de nuestra historia, José es el simple carpintero, es el sencillo carpintero, que sabía que desde su lugar, aunque fuera pequeño y oculto, estaba haciendo grandes cosas; sabía que Dios, en la historia, hace grandes cosas a partir de las cosas pequeñas. San José es el que sabe apreciar el valor de lo pequeño, para las decisiones que cambian la historia.
Hoy al ser el Día del Trabajador, MOAC nos pone a San José el carpintero, el artesano, el obrero, para que sea como alguien que nos va acompañando con su ejemplo de cómo tiene que ser el trabajo en la vida del hombre, para que dignifique la vida del hombre, y para que el hombre con su colaboración, dignifique el trabajo.
Como dice San José nos ayuda a entender que: el pan y el trabajo tienen que ir siempre de la mano; que si hay pan sin trabajo eso para el hombre es humillación, y que si hay trabajo sin pan, eso para el hombre es injusticia.
El Evangelio, el Señor, y José que colabora en esto, nos ayudan a entender que el hombre necesita pan con trabajo para su dignidad y que el hombre necesita trabajo con pan para la justicia.
Si el pan y el trabajo van de la mano entonces está asegurado lo que más desea el hombre que es la paz, porque la paz es hija de la Justicia y la Justicia es la fuerza de la paz.
Por eso detrás de esta pequeña o simple imagen de San José, que lo ponemos siempre como el callado San José, el pequeño San José, el humilde San José, es un hombre grande que colaboró para que Jesús pudiera después predicar en el Evangelio la verdad sobre el trabajo, la verdad sobre el hombre, la verdad sobre la Justicia y sobre la paz.
Qué podamos construir una historia donde haya pan con trabajo y trabajo con pan, para que así el hombre, consciente de su dignidad, y trabajando para que el resto también tenga conciencia de su dignidad pueda vivir en paz.
Los invitamos a todos los militantes de MOAC a ser evangelizadores, luchando por la dignidad del ser humano. Cristo te ama
¡Feliz día para todos los trabajadores!
LA DIRECTIVA NACIONAL